martes, 13 de enero de 2015

CONVIVIENDO EN LA MISMA CASA

Todos los seres humanos convivimos en esta misma casa. En diferentes partes nos encontramos. Hablamos diferentes idiomas. Nacemos, crecemos, nos desarrollamos en este mismo espacio y; un día no estaremos físicamente en este lugar, nuestra misión de vida habrá finalizado y el mundo seguirá en movimiento hasta que Dios lo permita.

Ahora que usted está leyendo este espacio, comprenderá que está respirando el aliento de vida, que siente, padece, se ríe, llora, duerme, come, trabaja, estudia, juega, cocina, corre, en fin; diferentes actividades podemos desarrollar de acuerdo a la condición física que disfrutamos en este instante. En lo personal estoy agradecido a Dios por la oportunidad de hacerlo y expresarlo.

Lastimosamente a medida que avanza el tiempo, observamos como esta casa se va deteriorando poco a poco en cuanto a los valores del ser humano y la destrucción del ambiente producto del comportamiento del propio hombre. La única solución que tenemos es tomar conciencia de no participar en ese deterioro y ser agentes de cambio a la sociedad en la que estamos inmersos. 

Cada uno de nosotros podemos hacer muchas cosas en beneficio de nuestro prójimo y el mundo cambiará para bien. Si comienzas a sembrar, Dios te dará la oportunidad de ver la cosecha. No le des importancia a las diferencias, actúa como el buen Samaritano (Lucas 10:30-37). Exporta lo bueno que hay dentro de ti. Pon la confianza en Dios y te guiará por el mejor camino de la vida. Jesús nos dejó una gran promesa: "El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva". (Juan 7:38)

Desde que parte de la casa (mundo) colocas tu granito de arena de acuerdo a los dones y talentos que Dios te ha dado? 

Dios les bendiga grandemente.

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