sábado, 8 de noviembre de 2014

EN BOCA CERRADA NO ENTRA MOSCA

Dice un refrán chino: "El sabio no dice lo que sabe y el necio no sabe lo que dice", sin embargo, la Biblia nos dice en Proverbios 17:28 "Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio, cuando cierra los labios, por prudente" versión LBLA.

Seguramente alguna vez, nos hemos arrepentido de haber expresado una palabra o una frase que haya generado incomodidad. Esas palabras cuando salen de la boca, vienen de alguna parte, bien sea de la mente o el corazón. De la mente, cuando se expresa un discurso bien estructurado y cuidando los detalles no trae inconvenientes; pero cuando las palabras salen de forma airada (insultos), la mente ya no tiene control.  "De la abundancia del corazón habla la boca" Mateo 12:34

Cuidar el corazón es la clave para ser prudentes con nuestras palabras, muchas veces hemos sido testigos de buenas acciones porque esas palabras fueron adecuadas a la ocasión, pero encontramos el lado opuesto y sabemos los pésimos resultados que ocasionan. Tenemos la capacidad de construir y destruir con el mismo miembro, la lengua. Todos estamos llamados a reflexionar sobre el respectivo uso.

En esta oportunidad les dejo una porción del libro de Santiago 3:2-12, el cual hace referencia a este minúsculo órgano externo:

Porque todos tropezamos de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida. Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género humano, pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal. Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios; de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga? ¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas, o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce. Versión LBLA

Bendiciones para todos.

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