lunes, 20 de octubre de 2014

¿QUIÉN DEBE ACTUAR?

He escuchado de algunas personas hablar acerca de Dios, de su fe, de decir frases que "aparecen" en la Biblia, pero que no recuerdan en que pasaje se encuentra; en fin, son tantos los adornos y sobran las palabras para justificar lo injustificable; un ejemplo de ello, es cuando me expresan algunas "frases bíblicas" como: "Ayúdate que Dios te ayudará". Queridos y apreciados lectores, todavía no he encontrado en la Biblia dicha frase. 
En muchos hogares y oficinas, he visto las Biblias abiertas en el Salmo 23 ó 91; con la intención de tener cerca a Dios y estar protegido de las malas influencias. En mi opinión, un libro abierto no produce acciones. Lo que si es cierto, la Palabra de Dios de alguna manera se encuentra muda y empolvada en algunos espacios, porque no se conoce el Salmo o los Salmos respectivos. Dios en Su misericordia y amor, quiere que le obedezcas a través de Su Palabra. 

Desde este espacio, le animamos que lleve estos Salmos en la mente y en el corazón. Ahora, Tú serás el de las acciones. Dios Cuida de ti, porque Tú confías en Él.

Dios les bendiga.

Salmo 23
Salmo de David.

Sal 23:1  Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2  En lugares de delicados pastos me hará descansar;  junto a aguas de reposo me pastoreará. 3  Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4  Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5  Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;  unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6  Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y  en la casa de Jehová moraré por largos días.
  
Salmo 91
Morando bajo la sombra del Omnipotente

Sal 91:1  El que habita al abrigo del Altísimo  morará bajo la sombra del Omnipotente. 2  Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;  mi Dios, en quien confiaré. 3  El te librará del lazo del cazador,  de la peste destructora. 4  Con sus plumas te cubrirá,  y debajo de sus alas estarás seguro;  escudo y adarga es su verdad. 5  No temerás el terror nocturno,  ni saeta que vuele de día, 6  Ni pestilencia que ande en oscuridad,  ni mortandad que en medio del día destruya. 7  Caerán a tu lado mil,  y diez mil a tu diestra;  mas a ti no llegará. 8 Ciertamente con tus ojos mirarás  y verás la recompensa de los impíos. 9  Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,  al Altísimo por tu habitación, 10  No te sobrevendrá mal,  ni plaga tocará tu morada. 11  Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,  que te guarden en todos tus caminos. 12  En las manos te llevarán,  para que tu pie no tropiece en piedra. 13  Sobre el león y el áspid pisarás;  hollarás al cachorro del león y al dragón. 14  Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le  pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. 15  Me invocará, y yo le responderé;  con él estaré yo en la angustia;  lo libraré y le glorificaré. 16  Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación. 

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