¿Alguna vez le ha sido difícil dar un Si o un No?. ¿Te ha
ocurrido que después que has tomado una decisión en contra de tu voluntad, te has
arrepentido?. Llegó el momento de no preocuparnos más, sino ocuparnos.
Permítame darles un pequeño ejemplo, a
través de una historia muy conocida que encontramos en el libro de Jonás. Primero, recordemos que Dios lo había escogido; segundo, le había dado una orden y tercero, Jonás no supo decir Si o No, simplemente huyó del Señor y se fue en
sentido contrario rumbo a la ciudad de Tarsis.
Es de notar que el ser humano que entra en
desobediencia con el Creador no le va bien. Jonás, comenzó a entrar en conflicto
con sus compañeros de la embarcación. Ante la doble turbulencia, lo arrojaron
al mar sin ningún tipo de equipo. (No había máscara, chapaleta, tanque de
oxígeno). De igual manera, no hubiese servido. Sin embargo, Dios le mandó un submarino de
su propia creación, una ballena que lo rescató y lo llevó a puerto seguro. Una
vez que recapacitó, tuvo que caminar mucho más que el plan inicial. Después de
un pequeño entrenamiento que el Señor le dio a nuestro amigo Jonás, finalmente
llegó a la ciudad de Nínive.
¿Cuántas veces hemos fallado a causa de una
respuesta errada? Y luego pasamos por una tempestad afectando a otros. ¿Has
tomado decisiones y actuado como el amigo Jonás?. Hoy día, decimos que los
errores que cometemos se pagan caros, porque se evalúa el costo de la pérdida:
la familia, un hijo, una esposa o un esposo, un bien material, la mala
administración de una herencia, tus prestaciones, tus ahorros o simplemente lo
que Dios te ha dado y no supiste conservar. ¿Te ha pasado en un caso
particular?. Quién diga que no se ha equivocado, está mintiendo.
En el libro de Mateo 5:37 en la propias palabras de
Jesús, nos invita a ser firmes con nuestras decisiones: “Cuando ustedes digan
“sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de
más, proviene del maligno”. Así como
Dios promete y cumple, El desea que su creación haga lo mismo. De ahora en adelante, tu Si o No, serán más conscientes; y tus
decisiones comenzarán a tener peso en tu vida.
Recuerde que en nuestra sociedad, la palabra del
ser humano ha perdido credibilidad. Nos hemos desviado de la Constitución
de Dios. La mentira se ha convertido en el traje por excelencia del ciudadano
de hoy. Nadie confía en nadie y la palabra del hombre se ha devaluado y no precisamente
por la inflación. No prometamos nada, si no vamos a cumplir. No nos engañemos a
nosotros mismos con respuestas dudosas.
Dios quiere rescatarte como rescató a Jonás y
llevarte a puerto seguro para que cumplas con la misión por la cual tú estás
aquí. Abre tu corazón, tu mente y escucha la voz de Dios y simplemente comienza a cambiar y tu
vida será mejor.
Bendiciones
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