Pensar en la inmortalidad del cangrejo, es una expresión popular de habla hispana que se usa para indicar que una persona está distraída o fantaseando sobre algún aspecto en la vida. Por lo general se refiere cuando alguien dedica tiempo a pensar cosas sin sentido e inútiles. Su mirada está perdida en el infinito. De ahí la pregunta: ¿Estás pensando en la inmortalidad del cangrejo?
Si miramos algunas de las características de este animal, encontramos que no tiene conciencia de si mismo, su caminar por lo general es de lado, puede caminar hacia adelante y hacia atrás.
Los seres humanos a diferencia del cangrejo, tiene la capacidad de realizar cosas grandes para las cuales Dios los creó, pero por la desobediencia de una gran mayoría, recibe tratos similares al pobre animal; y ese trato no viene de un cangrejo sino del propio prójimo, por ejemplo: hemos visto a través de la historia como un pequeño grupo de personas por tener un poder, les gusta llevar a un pueblo por caminos hasta aplastarlos o hacer de sus vidas un espacio hirviente. Esa son dos características como muere el cangrejo, aplastados en su propio terreno (playa) o en una olla hirviendo.
De que le vale al hombre presumir en la vida y sin darse cuenta puede terminar como un cangrejo, caminando sin conciencia hacia todas partes, buscando en lugares equivocados y afectando su vida en lo físico, emocional y espiritualmente. Al pasar de los años, pareciera que la madurez le permitiera hacerse una revisión y recapacitar de posibles errores cometidos. Si tiene el tiempo, cambia la manera de caminar. Deja de imitar al cangrejo y toma conciencia que es un ser humano.
Al igual que el cangrejo, el ser humano tiene un tiempo finito. Dios así nos creó. Nadie puede trascender físicamente más allá de lo permitido. El único inmortal y vivo es el Dios Supremo, no podemos estar pensando en la inmortalidad del cangrejo. Debemos colocar la mirada en el único inmortal, porque todo lo escrito se cumplirá.
Bendiciones
Si miramos algunas de las características de este animal, encontramos que no tiene conciencia de si mismo, su caminar por lo general es de lado, puede caminar hacia adelante y hacia atrás.
Los seres humanos a diferencia del cangrejo, tiene la capacidad de realizar cosas grandes para las cuales Dios los creó, pero por la desobediencia de una gran mayoría, recibe tratos similares al pobre animal; y ese trato no viene de un cangrejo sino del propio prójimo, por ejemplo: hemos visto a través de la historia como un pequeño grupo de personas por tener un poder, les gusta llevar a un pueblo por caminos hasta aplastarlos o hacer de sus vidas un espacio hirviente. Esa son dos características como muere el cangrejo, aplastados en su propio terreno (playa) o en una olla hirviendo.
De que le vale al hombre presumir en la vida y sin darse cuenta puede terminar como un cangrejo, caminando sin conciencia hacia todas partes, buscando en lugares equivocados y afectando su vida en lo físico, emocional y espiritualmente. Al pasar de los años, pareciera que la madurez le permitiera hacerse una revisión y recapacitar de posibles errores cometidos. Si tiene el tiempo, cambia la manera de caminar. Deja de imitar al cangrejo y toma conciencia que es un ser humano.
Al igual que el cangrejo, el ser humano tiene un tiempo finito. Dios así nos creó. Nadie puede trascender físicamente más allá de lo permitido. El único inmortal y vivo es el Dios Supremo, no podemos estar pensando en la inmortalidad del cangrejo. Debemos colocar la mirada en el único inmortal, porque todo lo escrito se cumplirá.
"A su debido tiempo, Dios llevará esto a cabo (su plan), porque él es el único y bienaventurado Soberano, Rey de reyes y Señor de señores. Es el único inmortal, que vive en una luz a la que nadie puede acercarse. Ningún hombre lo ha visto ni lo puede ver. ¡A él pertenecen para siempre el honor y el poder! Amén". 1 Timoteo 6:15-16
Bendiciones
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