El mañana siempre aparecerá, hagamos o no hagamos. Una realidad que no podemos esquivar. No estoy invitando a dejar las responsabilidades o actividades en un estado conformista. Tampoco, estoy motivando a la mediocridad.
En cuántas ocasiones hemos estado haciendo el papel del afanoso y no hemos logrado el objetivo?. Terminamos cansados, frustrados, desesperados, sin fuerza y con el ánimo por el piso. Para justificar el poco éxito, decimos: "hoy no fue mi día"
Seguramente, ese día miramos hacia el cielo quejándonos y pidiendo una respuesta del porqué ese resultado. El, nos responde tranquilo y sereno dándonos la siguiente respuesta: "Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas". Mateo 6:34
Y nos termina dando el siguiente consejo: "No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús". Filipense 4:6-7
Bendiciones
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