Una vez al año, el pueblo cristiano celebra la Semana Mayor. Es la semana más importante porque en esa fecha, recordamos lo que ocurrió hace más de dos mil años. Aquel niño nacido en un establo que nadie se imaginaba que sería el Salvador de la humanidad;Treinta y tres años después sería crucificado. Las buenas noticias es que resucitó, sigue vivo y nos dejó una promesa (vendrá de nuevo), más no tenemos fecha ni hora. Solo el Padre es el único que lo sabe. (Mateo 24:36)
En una oportunidad. los discípulos ante la inquietud que les inundaba, preguntaron a su maestro: ¿Cuál será la señal de tu venida y del fin?, Él les respondió de la siguiente manera:
"Tengan cuidado de que nadie los engañe, les advirtió Jesús. Vendrán muchos, usando mi nombre, dirán: "Yo soy el Cristo", y engañarán a muchos. Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que esto suceda, pero no será todavía el fin. Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. Todo ésto será apenas el comienzo de los dolores... En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin, será salvo. Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin". (Mateo 24:4-14)
Apreciado(a) lector(a), todo lo que ocurre en el mundo está escrito. Las señales cada día son más claras. Hay una esperanza y un camino seguro. Todo aquel que llegue a sus pies y entregue su corazón a Jesús, será salvo. Si así lo haces a solas, El te oirá y te recibirá con gran gozo y habrá fiesta, porque tu nombre estará escrito en el libro de los cielos.
Bendiciones para toda la humanidad.
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