lunes, 23 de junio de 2014

LA FIDELIDAD

Hablar de fidelidad, implica comprender la acción de ser honestos, rectos, leales, confiables y toda actitud que se encuentre apegada a un verdadero compromiso adquirido ante otra(s) persona(s). Para que exista fidelidad, tiene que existir  una alianza o pacto entre las partes.  Eso nos lleva a continuar con quienes nos hemos comprometido íntegramente.  al mantener una amistad verdadera, el matrimonio, la familia, los verdaderos amigos, son buenos ejemplos. 

He escuchado en repetidas ocasiones la frase: “Hoy en día no se puede confiar en ninguna persona”. Si eso es así, estamos ante una crisis de fidelidad con el prójimo. ¿Por qué no existe el tener confianza en otras personas?. En mi opinión, podemos comenzar por nosotros mismos al preguntarnos: ¿Somos confiables para los demás?. Si la respuesta es positiva, te felicito porque eres una persona fiel, honesta, correcta en tus acciones. En cambio si el resultado no fue tan positivo, es bueno reflexionar donde está la falla. Corregir la dirección por el camino que transito, implica un cambio de actitud e ir al corazón  de manera sincera.

Dios ha sido, es y será fiel. En los tiempos antiguos encontramos varios ejemplos de Pactos de Dios con varios hombres, al citar uno de ellos; tenemos el de  Dios con Noé. (Génesis 9:12-13). “Esta es la señal del pacto que para siempre hago con vosotros y con todos los animales: he puesto mi arco iris en las nubes, y servirá como señal del pacto que hago con la tierra”. Eso quiere decir, que cada vez que vemos el arco iris en el cielo, el Creador nos dice: me mantengo fiel con ustedes. Después vino el nuevo pacto, Jesús; y finalmente la promesa a cumplirse en el tiempo de Dios. (Apocalipsis 22:12). "Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho”.

¿En nuestro andar diario, reflejamos el arcoíris con nuestro(s) semejante(s)?. Toda persona que sea fiel a Dios, podrá ser fiel al prójimo. Es muy favorable revisar nuestro inventario de la relación con Dios, nuestros familiares, amistades y los verdaderos amigos. Si consideras que debes cambiar algún aspecto de la vida, este es el momento. No te voy a desear buena suerte; simplemente te digo que el Dios Todopoderoso, te de la sabiduría para tomar la mejor decisión en el camino de la fidelidad.

Dios les bendiga

viernes, 13 de junio de 2014

AÚN VIENDO, SE PUEDE PADECER DE CEGUERA

Dice un refrán popular: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Estas palabras suelen recordarse una vez que se llega a una realidad inesperada; otras, las recuerdan ante una dificultad sin una supuesta salida en un momento determinado. ¿Qué pasa con la visión cuando la desesperanza arropa la vida en ese instante?

Las personas ciegas pueden ser de nacimiento, producto de un accidente o enfermedades; pero ¿Qué de aquellos que aún viendo todavía siguen siendo ciegos?. A pesar de ir al oftalmólogo, su visión puede ser muy buena; en el mayor de los casos te mandan a usar lentes bifocales, progresivos, de contacto o llegar a la operación correctiva. Después de un corto tiempo, el cerebro manda información a cada ojo y el cómo funcionar correctamente,  y aún no ven. ¿Cuál es la ceguera que padece?

El problema no es la visión, el problema radica en el corazón que no le permite al ser humano ver como Dios manda; llegando afectar otro sentido, el oído. Aquel hombre que actuando de manera humilde y pudo partir la historia en dos, expresó las siguientes palabras: “Por eso les hablo a ellos en parábolas: "Aunque miran,  no ven;  aunque oyen,  no escuchan ni entienden. En ellos se cumple la profecía de Isaías: "Por mucho que oigan,  no entenderán;  por mucho que vean,  no percibirán. Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible;  se les han tapado los oídos,  y se les han cerrado los ojos.  De lo contrario,  verían con los ojos,  oirían con los oídos,  entenderían con el corazón y se convertirían,  y yo los sanaría. Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven,  y sus oídos porque oyen. Mateo 13:13-16

En el siguiente diálogo entre Jesús y el ciego Bartimeo en la ciudad de Jericó, nos enseña cual es la causa de la ceguera humana. He aquí el fragmento de la escena:

Y cuando Jesús ya salía de la ciudad, seguido de sus discípulos y de mucha gente, un mendigo ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar:
-¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más todavía:
-¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Entonces Jesús se detuvo, y dijo:
-Llámenlo.
       Llamaron al ciego, diciéndole:
-Ánimo, levántate; te está llamando.
 El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó:
-¿Qué quieres que haga por ti?
       El ciego le contestó:
-Maestro, quiero recobrar la vista.
 Jesús le dijo:
      -Puedes irte; por tu fe has sido sanado.
     En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús por el  camino.  
     Marcos 10:46-52

    ¿Cuál es la ceguera que padece el mundo hoy día? 

   Pablo lo comprendió y lo expresó de la siguiente manera: “Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época,  hágase ignorante para así llegar a ser sabio. Pues la sabiduría de este mundo es pura tontería para Dios”. 1Co 3:18-19a 

Dlb

domingo, 1 de junio de 2014

¿FENÓMENOS NATURALES O SEÑALES DIVINAS?

Dios nos habla de diferentes formas y muchas veces no prestamos atención a su señales, porque estamos entretenidos en los afanes de la vida.

En la Palabra de Dios, encontramos las promesas del Señor y también encontramos Sus señales.  Un ejemplo de ello son los "fenómenos naturales” que ocurren con frecuencia y muchas personas no se enteran. Por ejemplo, en el 2014 ocurrieron dos eclipses lunares, también conocido como las lunas de sangre y el próximo 04 de abril y 28 de septiembre respectivamente de 2015, tendremos de nuevo estos eventos “naturales”; además del eclipse de sol el 20 de marzo de 2015. Esta información la pueden verificar en internet.

En la Biblia, encontramos que ochocientos años antes de Cristo el profeta Joel 2:31 expresó lo siguiente: "El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre". El Apóstol Pedro lo reafirmó en su primer discurso después de Cristo. En el libro de Hechos 2:20 lo pueden verificar. ¿Cómo explicar sus profecías en referencia a lo que está ocurriendo en pleno siglo XXI?, la respuesta es sencilla: es el Plan de Dios. Ambos pasajes se refieren al Día del Señor.

Lo que quiere decir, que el Plan divino no tiene variaciones; mientras nosotros podemos cambiar de opinión en cualquier momento.  La Palabra de Dios es firme e invariable. Mientras nos preocupamos por los afanes del mundo es mejor dedicarle tiempo a la verdadera esperanza, porque la familia de Dios nunca estará desamparada mientras nos mantengamos fieles a Su Palabra.

La verdadera esperanza para la humanidad es ofrecida al que quiera creerlo. Así lo ha dicho Jesús: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35), por tanto "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi"  (Juan 14:6).

Dios les bendiga