domingo, 9 de febrero de 2014

¿ALGÚN PARECIDO CON LA REALIDAD?

En esta oportunidad quiero compartir con ustedes, una pequeña carta que fue escrita aproximadamente hace dos mil años. En la misma expresa algunas características del hombre de estos tiempos (postreros días). El emisor, Pablo; el receptor, Timoteo. Viéndolo de otra manera, es un mensaje de Dios  a  nosotros en la actualidad.

A continuación un fragmento de la carta, imagínese que la misma está dirigida a Usted.

Después de un saludo caluroso y las felicitaciones por tu trabajo, hago un alto para expresarte lo siguiente: …debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos difíciles y peligrosos. Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos, soberbios, maldicientes y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán. No tendrán cariño ni compasión, andarán con chismes, no podrán dominar sus pasiones, serán crueles y enemigos de todo lo bueno. Dicho de otra manera; serán desleales, calumniadores, sin templanza, sin mansedumbre, sin bondad, traidores, arrebatados, infatuados, amadores de los placeres o deleites más que de Dios; teniendo apariencia de piedad, pero negando la eficacia de ella; y a éstos evita. Del mismo modo que Janes y Jambres se opusieron a Moisés,  también esa gente se opone a la verdad.  Son personas de mente depravada,  reprobadas en la fe. Pero no llegarán muy lejos,  porque todo el mundo se dará cuenta de su insensatez,  como pasó con aquellos dos. (2 Timoteo 3: 1-9).

Antes de terminar la carta de tu gran amigo, te recuerda el consejo que te ha dado anteriormente:

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (2 Timoteo 2: 15).

Amiga, amigo; ¿qué opina del fragmento de la carta que Dios puso en tus manos? Recuerda esto: Nada llega por casualidad. Por eso les animo desde este espacio a meditar este mensaje, el cual fue escrito hace muchos años y el mismo, tiene una gran vigencia en nuestros días. ¿Qué hacer?; con la ayuda de Dios, estar unidos en el mismo sentir. Orar (Hablar) a Dios con un corazón sincero.

Si te llegara una carta escrita a puño y letra, estoy convencido que sería algo extraño en estos tiempos, pero de gran impacto a cada vida. Al menos la guardaríamos como un recuerdo muy especial. Ese actuar, da muestra de un cambio de pensamiento.


No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación 
de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2


Si algo ha cambiado tu vida esta reflexión, simplemente compártelo con otros.

La Paz y la Bendición del Señor guarde sus vidas en el lugar que se encuentren.

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