Dios nos enseña en su Palabra, a través de muchos ejemplos como debemos actuar correctamente en la vida. Existe plena libertad para elegir entre lo bueno y lo malo, cada uno decide lo que quiere y cada uno, también es responsable de los beneficios y las consecuencias respectivamente.
Todos los seres humanos en algún tiempo de la vida, pasamos por momentos de dificultad. Quien no haya tenido experiencia en esta área, poco habrá aprendido y experimentado una enseñanza para crecer por el buen camino. Los obstáculos o turbulencias llegan de manera inesperada, el día que menos lo imaginamos se hacen presentes. Unos habrán sembrado para tener este tipo de cosecha, otros habrán sido engañados y habrán sido colocados como recolectores de algo que nos les pertenece. Al final de la jornada (etapa de la vida), terminarán sus bolsillos como sacos huecos. El cheque endosado no tendrá fondo que les respalde. Habrán arado en la mar.
Esta es una forma de ver como terminan las personas que no decidieron de manera acertada. Si pensaron en algún momento que obtendrían beneficios, seguramente los tuvieron (riquezas, placer y poder); pero no midieron las consecuencias. Al final fue la peor decisión tomada (pobreza). Querrán echarle la culpa a los demás y será demasiado tarde. Han sido descubiertos.
La Biblia nos habla acerca de varios personajes que se salieron del camino, de la verdad y la vida por sus propias decisiones. Miremos a tres (3) de ellos. El primero fue Judas Iscariote (Mateo 26:14-15). Un hombre ambicioso y corrupto que traicionó a su maestro; aquel que vendió la confianza, la ética, la moral, los valores, el respeto por una pocas monedas. Terminó pobre y con su conciencia destrozada. El segundo personaje se encuentra en el libro de Jueces (Jue 16). El "súper poderoso" Sansón que al final de su camino, terminó ciego y más débil que una lombriz. El exceso de confianza, la vida light, actuar como casanova, lo llevó a la destrucción; y el tercer personaje, lo encontramos en el libro de Ester (Est 7:9). Se trata de la historia de Amán. El hombre que quería acabar con el pueblo judío. Amán había mandado hacer una horca por recomendación de su esposa Zeres para que colgaran a Mardoqueo. Dios no se lo permitió. La horca, resultó ser el instrumento que utilizó el rey Asuero para colgar al propio Amán cuando se descubrió la verdad.
A través de estos ejemplos, vemos las consecuencias por no hacer lo adecuado. Cuando tengamos dificultades, no tomemos atajos para salir adelante. Es preferible apartarse como el águila para vivir un proceso de sanación. Luego podremos volar en una segunda oportunidad.
"Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán". Isaías 40:31
Bendiciones
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