jueves, 31 de diciembre de 2015

UN AÑO MÁS

Quiero agradecer al Señor, por la oportunidad que me ha dado en vivir este año. A pesar de las diferentes tribulaciones que transitamos a diario, Dios ha sido fiel. En medio de su amor y misericordia, nos ha sostenido grandemente.

Un pequeño tiempo ha transcurrido, el cual, llamamos un año, doce meses, trescientos sesenta y cinco días. Lo que hicimos o dejamos de hacer pertenece al pasado. Lo importante es enfocarse correctamente en lo que Dios nos ofrece, la esperanza.

En estas fechas es cuando más se habla de palabras claves como: paz, amor, prosperidad, salud, trabajo, familia, entre otras. Todas ellas son importantes y están presentes en el esfuerzo del ser humano por alcanzar sus metas personales. sin embargo, al final del camino siempre habrá algo que faltará. Una vez más emprenderá la lucha en otro periodo de tiempo y volverá a darse cuenta que ese algo sigue faltando. Puede ser que ese sea el propio Dios. Puede estar en millones de labios, más no en millones de corazones.

El Señor quiere bendecir las vidas de cada ser humano, no tiene distinción entre blancos, negros, mestizos, americanos, europeos, africanos, asiáticos, pobres o ricos. El niño que nació en el Pesebre, creció y murió por cada uno de nosotros; lo interesante es que no quedó en el pasado, él seguirá presente hoy, mañana y siempre.

Si estamos buscando una salida para que ese algo no siga faltando, Jesús (la esperanza) nos dice: "venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí. que yo soy manso y humilde de corazón, y hallaréis paz para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana" Mateo 11:28-30

Bendiciones para cada uno de ustedes.


sábado, 12 de diciembre de 2015

NACIERON ÁGUILAS, TERMINARON COMO POLLOS.

Dios nos enseña en su Palabra, a través de muchos ejemplos como debemos actuar correctamente en la vida. Existe plena libertad para elegir entre lo bueno y lo malo, cada uno decide lo que quiere y cada uno, también es responsable de los beneficios y las consecuencias respectivamente.

Todos los seres humanos en algún tiempo de la vida, pasamos por momentos de dificultad. Quien no haya tenido experiencia en esta área, poco habrá aprendido y experimentado una enseñanza para crecer por el buen camino. Los obstáculos o turbulencias llegan de manera inesperada, el día que menos lo imaginamos se hacen presentes. Unos habrán sembrado para tener este tipo de cosecha, otros habrán sido engañados y habrán sido colocados como recolectores de algo que nos les pertenece. Al final de la jornada (etapa de la vida), terminarán sus bolsillos como sacos huecos. El cheque endosado no tendrá fondo que les respalde. Habrán arado en la mar. 

Esta es una forma de ver como terminan las personas que no decidieron de manera acertada. Si pensaron en algún momento que obtendrían beneficios, seguramente los tuvieron (riquezas, placer y poder); pero no midieron las consecuencias. Al final fue la peor decisión tomada (pobreza). Querrán echarle la culpa a los demás y será demasiado tarde. Han sido descubiertos.

La Biblia nos habla acerca de varios personajes que se salieron del camino, de la verdad y la vida por sus propias decisiones.  Miremos a tres (3) de ellos. El primero fue Judas Iscariote (Mateo 26:14-15). Un hombre ambicioso y corrupto que traicionó a su maestro; aquel que vendió la confianza, la ética, la moral, los valores, el respeto por una pocas monedas. Terminó pobre y con su conciencia destrozada. El segundo personaje se encuentra en el libro de Jueces (Jue 16). El "súper poderoso" Sansón que al final de su camino, terminó ciego y más débil que una lombriz. El exceso de confianza, la vida light,  actuar como casanova, lo llevó a la destrucción; y el tercer personaje, lo encontramos en el libro de Ester (Est 7:9). Se trata de la historia de Amán. El hombre que quería acabar con el pueblo judío. Amán había mandado hacer una horca por recomendación de su esposa Zeres para que colgaran a Mardoqueo. Dios no se lo permitió. La horca, resultó ser el instrumento que utilizó el rey Asuero para colgar al propio Amán cuando se descubrió la verdad.

A través de estos ejemplos, vemos las consecuencias por no hacer lo adecuado. Cuando tengamos dificultades, no tomemos atajos para salir adelante. Es preferible apartarse como el águila para vivir un proceso de sanación. Luego podremos volar en una segunda oportunidad.

"Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán".  Isaías 40:31

Bendiciones