miércoles, 25 de marzo de 2015

TODO ES VANIDAD

En esta oportunidad, dejo textualmente la reflexión de un hombre, al cual, Dios le permitió tener la más grande riqueza y poder en su momento; después de él no ha habido ni habrá hombre alguno que tenga lo que Salomón tuvo en sus manos. En conclusión, Llegó a tener tanto que al final no pudo conseguir lo que verdaderamente le llenara su vida, porque todo lo material es vanidad. Tomado del libro de Eclesiástes; Capítulo 2, versión: Dios habla hoy.

Dios les bendiga grandemente.

También me dije a mí mismo: "Ahora voy a hacer la prueba divirtiéndome; voy a darme buena vida." ¡Pero hasta eso resultó vana ilusión! y concluí que la risa es locura y que el placer de nada sirve. Con mi mente bajo el control de la sabiduría, quise probar el estímulo del vino, y me entregué a él para saber si eso es lo que más le conviene al hombre durante sus contados días en este mundo. Realicé grandes obras; me construí palacios; tuve mis propios viñedos. 
Cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. Construí represas de agua para regar los árboles plantados; compré esclavos y esclavas, y aun tuve criados nacidos en mi casa; también tuve más vacas y ovejas que cualquiera otro antes de mí en Jerusalén. Junté montones de oro y plata, tesoros que antes fueron de otros reyes y de otras provincias. Tuve cantores y cantoras, placeres humanos y concubina tras concubina. 
Fui un gran personaje, y llegué a tener más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. Además de eso, la sabiduría no me abandonaba. Nunca me negué ningún deseo; jamás me negué ninguna diversión. Gocé de corazón con todos mis trabajos, y ese gozo fue mi recompensa. Me puse luego a considerar mis propias obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y me di cuenta de que todo era vana ilusión, un querer atrapar el viento, y de que no hay nada de provecho en este mundo. 
Después me puse a reflexionar sobre la sabiduría, la estupidez y la necedad: ¿Qué más podrá hacer el que reine después de mí, sino lo que ya antes ha sido hecho? y encontré que es más provechosa la sabiduría que la necedad, así como es más provechosa la luz que la oscuridad. 
El sabio usa bien los ojos, pero el necio anda a oscuras. Sin embargo, me di cuenta de que a todos les espera lo mismo,  y me dije: "Lo que le espera al necio también me espera a mí, así que de nada me sirve tanta sabiduría. ¡Hasta eso es vana ilusión! Porque nunca nadie se acordará ni del sabio ni del necio; con el correr del tiempo todo se olvida, y sabios y necios mueren por igual." 
Llegué a odiar la vida, pues todo lo que se hace en este mundo resultaba en contra mía. Realmente, todo es vana ilusión, ¡es querer atrapar el viento! Llegué a odiar también todo el trabajo que había realizado en este mundo, pues todo ello tendría que dejárselo a mi sucesor. y una cosa era segura: que él, ya fuera sabio o necio, se adueñaría de todo lo que con tanto trabajo y sabiduría logré alcanzar en este mundo. ¡Y esto también es vana ilusión!  
Al ver lo que yo había hecho en este mundo, lamenté haber trabajado tanto, pues hay quien pone sabiduría, conocimientos y experiencia en su trabajo, tan solo para dejárselo todo a quien no trabajó para obtenerlo. ¡Y también esto es vana ilusión y una gran injusticia! En fin, ¿qué saca el hombre de tanto trabajar y de tanto preocuparse en este mundo? Toda su vida es de sufrimientos, es una carga molesta; ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y esto también es vana ilusión!  
Lo mejor que puede hacer el hombre es comer y beber, y disfrutar del fruto de su trabajo, pues he encontrado que también esto viene de parte de Dios. Porque, ¿quién puede comer, o gozar, si no es por él? De hecho, Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quien él mira con buenos ojos; pero al que peca le deja la carga de prosperar y amontonar tesoros para luego dárselos a quien él mira con buenos ojos. ¡También esto es vana ilusión y querer atrapar el viento!

martes, 17 de marzo de 2015

EL TAMAÑO DE LA FE

Sicómoros
En esta oportunidad quiero hacer un alto y detenerme en la palabra "Fe".Siempre que escucho a una persona que habla de algunas expresiones como: "hay que tener mucha fe", "el ser humano es un hombre de fe" o "yo tengo mucha fe"; de manera respetuosa,  les pregunto de que tamaño la tienen?. El 99;99% responde que la fe que poseen es demasiado grande, otros argumentan que es del tamaño del mundo o que la misma es tan grande que puede ser infinita, la cual, no se puede medir. Al observar tantas respuestas ante una fe tan indescriptible es bueno preguntarse mi apreciado(a) lector(a) de que tamaño es nuestra fe?

Expresiones como: "La fe mueve montañas"; es una frase que llegamos a emplear ante ciertas situaciones por las cuales podemos estar atravesando; sabe usted de dónde viene esa expresión?. Quiero compartirles un diálogo interesante que se encuentra en el libro de Lucas 17:5-6. En una ocasión los discípulos le piden a Jesús que le aumentaran la fe. Jesús les respondió de la siguiente manera: "Si tuvieras fe como el grano de mostaza, podrías decirle a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecerá". 

Un sicómoro es un árbol muy grande y el grano de mostaza demasiado pequeño. Al comparar las dimensiones entre ambos;  ¿Será que hemos confundido fe con exceso de confianza?

Si el ser humano por convicción aceptara sin dudar el mensaje de Jesús, es decir, muchos en un mismo sentir se alinearan en la dirección correcta; entonces tendríamos un pueblo de verdadera Fe, el cual, Dios nunca desamparará. Vale la pena meditar en donde está la solución; si se pierde el camino de la Fe, automáticamente se pierde la esperanza.

Amigo(a) lector(a) ya tenemos claro donde debemos enfocar nuestra mirada; de esta manera aumentará la Fe en cada uno de nosotros.

No es lo mismo decir la fe mueve montañas que:  la Fe en DIOS mueve montañas.

Finalmente, el Señor nos enseña algo muy interesante y nos deja muy claro donde encontrar la verdadera fuente de poder; y quien es el que tiene la última palabra. 

"Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú gobiernas todo; en tu mano está la fuerza y el poder y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos". 
1 Crónicas 29:12.

¿En quién está puesta tu fe, en Dios o en los hombres?

El Señor les bendiga grandemente.