AMÉN: Es una palabra que en el idioma Hebreo significa "así
sea". Es una palabra que se utiliza en el
contexto litúrgico para cerrar una oración. Como podemos recordar, las
oraciones son aquellos diálogos que tenemos con Dios donde le presentamos
nuestras peticiones y/o agradecimientos por diferentes motivos según sea el
caso.
Además del contexto litúrgico, la palabra “amén”, es utilizada en otro
contexto. En un lenguaje coloquial, muchas personas utilizan esta palabra como
especie de decir “amén a todo”, la cual, se puede traducir como un
“si”.
Para citar un ejemplo de la diferencia que existe ante la confusión,
quiero comenzar por la aplicación en el lenguaje coloquial. Vemos algunos
anuncios donde se expresa frases como: “Coloca amén, si deseas que
ocurra tal situación”. Las personas colocan su amén en señal de decir,
siiiiiiii; creyendo que están expresando “así sea”. Lamento informarles que se
ha distorsionado su significado y aplicación; porque se ha referido a la
voluntad del corazón del hombre y no a la de Dios. Dicho de otra manera: “En tu
nombre, hágase mi voluntad”. Frase que no se dice, pero se piensa y se actúa de
esa manera.
En el caso de la aplicación de la palabra “Amén”, expresamos
que estamos de acuerdo con la voluntad de Dios y apartamos nuestra propia
voluntad. Cuando actuamos de manera ambigua, inconsciente o ligeramente, el
Señor nos alerta al respecto. En el libro de Apocalipsis 3:14-16, está escrito
lo siguiente: "Escribe también al ángel de la iglesia de Laodicea:
'Esto dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de todo
lo que Dios creó: yo sé todo lo que haces. Sé que no eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te
vomitaré de mi boca”.
Dios nos da las directrices en cuanto a nuestro actuar, se refiere a
que no estemos tibios. Él no acepta que estemos con un pie aquí y el otro allá.
El nos recuerda en el libro de Hechos de los Apóstoles 4:12 “Y no hay
otro nombre, bajo el cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos”. Por
lo tanto no hay ningún otro dios que pueda salvar al hombre sino el Dios
verdadero. AMÉN
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