domingo, 24 de agosto de 2014

SIN DIOS, NO HUBIESE SIDO POSIBLE

Apreciados lectores, hace un año vino a mi mente el nombre de este espacio llamado: Reingeniería de la Familia. Puedo decir que la idea no fue mía, estoy convencido que Dios la puso en mi mente para que la compartiera libremente. Al principio, en mi pensamiento estaba en dar algunos tips desde mi punto de vista en esta área de la familia que tanto hace falta en estos tiempos, pero algo cambió de repente. Comprendí que uno no tiene la capacidad para cambiar a ninguna persona, no cabe duda que podemos ser excelentes instrumentos cuando obedecemos a quien nos creó y que cada uno cambia si se propone en hacerlo. 

Hay un pasaje en la Palabra de Dios que dice: Yo soy la vid, ustedes las ramas; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva muchos frutos, porque separados de mí nada puedes hacer. (Juan 15.5). Este pasaje me hizo dar un giro y desde ese momento, comencé a escribir algunos temas específicos a la luz de la Palabra de Dios y ocurrió algo que debía pasar, algunos seguidores abandonaron el blog otros se agregaron y así transcurrieron los primeros doce meses. Ha sido de gran bendición este tiempo a mi vida; ustedes a través de sus comentarios, opiniones, correos y el compartir algunos escritos; han puesto su granito de arena para seguir adelante, han sido excelentes personas. 

Le doy las gracias a Dios por la oportunidad que me dio; a ustedes por su apoyo de manera voluntaria desde las diferentes latitudes donde se encuentran. Solo le pido al Todopoderoso que nos acompañe a cada uno y en cada hogar, porque estoy convencido que no hay otro camino para fortalecer cada familia si no está presente la ayuda de Dios y de esa manera tendremos una mejor sociedad.

Dios les bendiga grandemente.

jueves, 7 de agosto de 2014

EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA AMÉN

AMÉN: Es una palabra que en el idioma Hebreo significa "así sea". Es una palabra que se utiliza en el contexto litúrgico para cerrar una oración. Como podemos recordar, las oraciones son aquellos diálogos que tenemos con Dios donde le presentamos nuestras peticiones y/o agradecimientos por diferentes motivos según sea el caso.

Además del contexto litúrgico, la palabra “amén”, es utilizada en otro contexto. En un lenguaje coloquial, muchas personas utilizan esta palabra como especie de decir “amén a todo”,  la cual, se puede traducir como un “si”.

Para citar un ejemplo de la diferencia que existe ante la confusión, quiero comenzar por la aplicación en el lenguaje coloquial. Vemos algunos anuncios donde se expresa frases como: “Coloca amén, si deseas que ocurra tal situación”. Las personas colocan su amén en señal de decir, siiiiiiii; creyendo que están expresando “así sea”. Lamento informarles que se ha distorsionado su significado y aplicación; porque se ha referido a la voluntad del corazón del hombre y no a la de Dios. Dicho de otra manera: “En tu nombre, hágase mi voluntad”. Frase que no se dice, pero se piensa y se actúa de esa manera.

En el caso de la aplicación de la palabra “Amén”,  expresamos que estamos de acuerdo con la voluntad de Dios y apartamos nuestra propia voluntad. Cuando actuamos de manera ambigua, inconsciente o ligeramente, el Señor nos alerta al respecto. En el libro de Apocalipsis 3:14-16, está escrito lo siguiente: "Escribe también al ángel de la iglesia de Laodicea: 'Esto dice el Amén,  el testigo fiel y verdadero, el origen de todo lo que Dios creó: yo sé todo lo que haces. Sé que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

Dios nos da las directrices en cuanto a nuestro actuar, se refiere a que no estemos tibios. Él no acepta que estemos con un pie aquí y el otro allá. El nos recuerda en el libro de Hechos de los Apóstoles 4:12 “Y no hay otro nombre, bajo el cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos”. Por lo tanto no hay ningún otro dios que pueda salvar al hombre sino el Dios verdadero. AMÉN