¿Quién no ha tenido segundas oportunidades?.
Todos hemos fallado en algún momento de la vida. En el plano personal, profesional, estudiantil, familiar, entre otros. Si hemos pedido una nueva oportunidad, nos hemos dado cuenta que no hemos actuado bien. Nuestras acciones, actitudes o nuestras palabras con toda seguridad no se encontraban acordes con la ocasión.
Las segundas oportunidades son interesantes cuando asumimos con responsabilidad lo que no supimos aprovechar en tiempos pasados. Uno de los aspectos positivos que encontramos en ellas, es la confianza. Posiblemente con un porcentaje menor, de igual manera se ha recibido una nueva oportunidad.
Quienes reciben ese voto de confianza, tienen el compromiso de asumir con responsabilidad y de cuidar los detalles que no le permitieron alcanzar las metas trazadas, la misión encomendada o los objetivos incumplidos. Una persona, familia, sociedad o país en general, pasa por diferentes escenarios. Lo importante es aprovechar (haciendo el bien) las oportunidades cuando se presentan para crecer de acuerdo a la voluntad de Dios. Él nos da esas segundas oportunidades a través de otras personas. La invitación es, tomar la decisión y actitud acorde al nuevo momento que se ha presentado en la vida.
"Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza".
Salmo 130:5
Bendiciones